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La mayoría de las personas sabe
bastantes datos sobre Leonardo Da Vinci: por ejemplo que fue una figura
importante del Renacimiento Italiano, excelente pintor (su cuadro la Mona Lisa
es probablemente el más famoso de la historia) e incluso mejor escultor; que
fue también un gran inventor de todo tipo de máquinas y artilugios… y alguno
sabrá que, por su interés en la anatomía humana, llegó a diseccionar cerca de
veinte cadáveres, una práctica, como poco, mal vista por la moralidad y la
religión de la época.
Ese afán por el conocimiento
universal le llevó a preguntarse por qué en una cadena montañosa como los
Alpes, en altitudes superiores a 2.000 metros, aparecían fósiles de animales
marinos. Cuestión que en la época se resolvía diciendo que se habían depositado
allí durante el diluvio universal. Una explicación que a Leonardo no le
convencía. Así que acabó formulando su propia teoría: esos fósiles habían sido elevados,
con otros sedimentos, por algún tipo de movimiento de la superficie terrestre.
Lamentamos que esta larga
introducción destripe un poco el enigma de Un
millón de ostras en lo alto de la montaña, título del libro de Alex Nogués
y Miren Asiain Lora del que hoy hablamos. Un libro informativo que
constantemente interpela al lector, buscando su interés por hechos geológicos
en principio poco evidentes, misteriosos e incluso sorprendentes. Un álbum
ilustrado que no pretende ser un extenso tratado de geología, sino enganchar a los más pequeños a este tema que en
principio podría ser poco atractivo para edades tempranas.
Un
millón de ostras en lo alto de la montaña ha proporcionado a
la editorial Flamboyant diversas
alegrías: ser seleccionado para el catálogo White Ravens 2020, elegido ese
mismo año entre los mejores libros publicados en la Muestra del Libro Infantil
y Juvenil de las Bibliotecas de la Comunidad de Madrid y también considerado como
uno de los mejores libros de 2021 según la Biblioteca Pública de Nueva York.
Sus autores son Alex Nogués, geólogo apasionado por el
conocimiento del medio donde vivimos y por transmitir los asombrosos detalles
que descubre en “el espectáculo de la vida”, y Miren Asiain Lora, la ilustradora,
otra observadora de la naturaleza y en general de todas las cosas que nos
rodean.
Por cierto, a Leonardo no se
le menciona en este libro. Es una contribución de la biblioteca, pues también a
nosotros nos entusiasma la geología.
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