martes, 12 de febrero de 2019

RECORDANDO A TOMI UNGERER


TOMI UNGERER (Estrasburgo, 1931 – Cork, Irlanda, 2019)

  El pasado fin de semana nos dejaba Tomi Ungerer, a los 87 años. Este dibujante e ilustrador francés fue uno de los más destacados de su generación junto con Maurice Sendak o Arnold Lobel.

  Cuando contaba tres años de edad, perdió a su padre; poco después vivió el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, estando bajo dominio nazi. Continuó sufriendo tras la guerra al pasar su región, Alsacia, a formar parte de Francia y ser considerados sus habitantes como ciudadanos de segunda, por hablar “francés con acento alemán”. Afirma el ilustrador, “El recuerdo más antiguo de mi vida es el miedo, aunque en realidad eso es bueno porque una vez que tienes miedo, tienes que buscar el coraje para sobrevivir. Me han reprochado que haya puesto demasiados elementos de miedo en mis libros infantiles. He sido una pesadilla para todos los pedagogos. Quizás he estado obsesionado con la muerte toda mi vida. Es, probablemente, el tema que más utilizo en mis dibujos y en muchos de mis libros”. Estas tres constantes (miedo, dolor y muerte) se repiten a lo largo de su obra.

  En 1956 se trasladó a Estados Unidos, donde colaboró en publicaciones tan importantes como Life o The New York Times y pudo publicar sus primeros libros infantiles. En los años 60 continuó creando álbumes ilustrados, a la vez que realiza carteles (políticos, publicitarios y cinematográficos) y participa activamente en la vida política estadounidense, luchando contra la guerra de Vietnam y el racismo.

  A principios de los 70 se mudó a Canadá y más tarde a Irlanda. Es en esta época cuando abandona la literatura infantil, para centrarse en la dirigida a lectores adultos. No volverá a crear para los más pequeños hasta veinte años después, en 1998 y regresaría con todos los honores, pues en ese año le conceden el Premio Andersen, considerado el nobel de la literatura infantil y juvenil.

  Aunque residía en Irlanda desde hacía más de cuatro décadas, nunca perdió el vínculo con su tierra natal y en 2007 se inauguró en Estrasburgo un museo que lleva su nombre y que alberga el Centro Internacional de Ilustración.

  Es autor e ilustrador de sus libros y a lo largo de su carrera experimentó con todo tipo de técnicas y géneros artísticos, desde la pintura al collage, de la literatura infantil a los dibujos satíricos y eróticos.

  Su obra en general se caracteriza por la combinación de dos elementos: la sátira y el humor, con ellos ha criticado siempre los aspectos negativos de la sociedad. En cuanto a la literatura infantil, ha sabido mostrar a sus pequeños lectores, el lado oscuro de la realidad, suavizándolo siempre con humor y resaltando lo positivo tanto de los personajes más siniestros, como de las historias más truculentas.

  En la estantería de Efemérides tendréis disponibles para el préstamo los libros de Tomi Ungerer para que podáis disfrutarlos una vez más. Sus historias e imágenes os seguirán acompañando ahora que él ya no está.

  Él dijo: “Si tuviera que haber un paraíso, sería un biblioteca”. Así lo imaginaremos.

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