Aunque ha sido recientemente
cuando se ha puesto nombre a este fenómeno, lo cierto es que es algo que viene
desde lejos; pero no fue hasta la década de los años setenta del siglo pasado,
cuando el psicólogo noruego Dan Olweus utilizó la palabra bullying por primera
vez y definió esta conducta reprochable que hoy día, por desgracia, toda la
sociedad conoce.
En la Conferencia General de
la UNESCO de noviembre de 2019, esta Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura, decidió declarar el primer jueves de
noviembre como día clave para luchar contra el acoso escolar en las aulas. Al
año siguiente se celebró por primera vez el Día Internacional contra la
Violencia y el Acoso Escolar, incluido
el Ciberacoso, ya que las nuevas tecnologías y la proliferación de redes
sociales, con la impunidad asociada, han venido a agravar aún más el dolor de las
personas que sufren esta violencia, pues multiplican la difusión de su
humillación.
Es labor de toda la sociedad
luchar contra esta lacra, no mirando para otro lado, sino estando alerta. En el ámbito escolar, que es donde se da esta violencia entre compañeros
—entre iguales—, es necesario que el profesorado, las AMPAS, el alumnado y
todas las personas que trabajan alrededor, pongan atención para detectar las
señales, poder atajar esas conductas agresivas y proteger a quienes las
padecen. En la familia, educando en
valores positivos y teniendo relaciones emocionales sanas, que pongan las bases
para favorecer en la edad adulta la
resolución de conflictos por métodos no
violentos. Los demás, construyendo
una sociedad colaborativa en la que todas las personas tengan cabida. En
definitiva dando ejemplo a las nuevas generaciones, para que aprendan modelos
positivos.
Actualmente existe mucha
literatura sobre este tema, unas veces desde el análisis y otras con historias
que reflejan situaciones cercanas a la realidad. En nuestra estantería de
efemérides, podréis ver los libros que hemos seleccionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario