101 maneras de leer a todas horas

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  No importa la manera en que lo hagas, lo importante es que lo hagas. Podría ser ésta una primera reflexión sobre el placer (o incluso la adicción) a la lectura que nos propone el libro de Timotée de Fombelle, con la imprescindible aportación de las ilustraciones de Benjamin Chaud.

  Cada página es una incitación a la lectura, sin importar la manera, el lugar y por supuesto el momento en que lo hagas. ¿Y quién te lo puede contar mejor que nosotros, los bibliotecarios, junto con este libro, que vemos a diario las múltiples posturas y formas que se pueden tomar para aventurarse en el gozo y la satisfacción de la lectura?

  Un texto mínimo acompaña a una ocurrente ilustración que puede provocar una sonrisa o que puede incluso servir de chispazo inicial para inventar una historia. En este punto viene a cuento recordar la célebre cita de Borges, que dice que “el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación”. Porque el libro en general es un objeto que promete, sólo hay que abrirlo para descubrir algunas de sus infinitas posibilidades.

  Este es un motivo para incluir 101 maneras de leer a todas horas en nuestra sección de la sala infantil “Mediación Lectora”, una sección especialmente pensada para todas aquellas personas que trabajan o que simplemente quieren servir como puente entre el libro y el lector incipiente.