Cada año, en todo el mundo,
el tercer sábado de abril está dedicado a este grandioso espectáculo. Impulsado
por la Federación Mundial del Circo, tiene como objetivo conservar,
difundir y fomentar los valores culturales de esta manifestación artística tan
extendida.
Un arte que se remonta a los
albores de la humanidad y cuyos vestigios más antiguos, hallados en China e
India, datan de unos 5000 años atrás y atestiguan la existencia de malabaristas,
contorsionistas y acróbatas. China fue origen de la acrobacia y probablemente
del circo e India cuna del contorsionismo, practicado especialmente por niñas
de castas inferiores. Otra particularidad de este país fueron los faquires,
encantadores de serpientes y tragasables que descansaban en camas de clavos. También
se han encontrado pinturas en Mesopotamia o frescos y bajo relieves en Egipto
de hace aproximadamente 4000 años, representando malabares y acrobacias.
En la Grecia antigua los
juegos olímpicos incluían pruebas atléticas y concursos artísticos. Sin
embargo, los juegos en el imperio romano eran más de violencia que de habilidad
(las luchas entre gladiadores y con animales o las naumaquias, recreaciones de
batallas navales aún más cruentas…); aunque también había competiciones
atléticas o representaciones teatrales y en el descanso de las carreras de
carros, actuaban malabaristas y funambulistas. Precisamente Marco Aurelio
(siglo II d. C.) fue testigo de la
trágica muerte de uno de estos artistas y ordenó poner colchonetas como medida
de seguridad. Dos siglos más tarde, Diocleciano las sustituiría por redes. El
lugar donde se celebraban estos espectáculos era el “circus” (círculo en
latín), edificación ovalada con graderío alrededor para el público y con un
espacio de arena central para desarrollar combates y diversas actuaciones.
En la América precolombina
había espectáculos de acrobacias y equilibrios en las fiestas populares, como
ejercicios de antipodismo con troncos o como los voladores aztecas, que giran
boca abajo atados por los pies alrededor de un mástil, en un ritual relacionado
con su calendario cósmico y cuya tradición ha llegado hasta nuestros días.
El capitán Cook, constató en sus viajes por el mundo la tradición entre mujeres y niñas de la isla de Tonga (Polinesia), de hacer malabares con nueces. En Hawái se practicaba con palos de fuego.
En la Edad Media abundaron
las ferias ambulantes que coincidían con los días de mercado en las plazas y
allí se ofrecían espectáculos de música, representaciones teatrales,
acrobacias, títeres, prestidigitación o equilibrios. En ocasiones los artistas eran
llamados a los castillos para entretener a la nobleza. Asociados a estos
espectáculos y a esta época están personajes como juglares, saltimbanquis y
bufones, vigentes todavía.
Otro antecedente del circo
está en La Comedia del Arte italiana, en el siglo XVI, cuyos personajes y
estereotipos (Arlequín, Colombina y Polichinela) inspiraron las figuras más
populares del circo: los payasos.
En la Edad Moderna, herederas
de la época medieval, pervivieron compañías de artistas ambulantes, llamados
genéricamente titiriteros, que llegarían hasta la segunda mitad del siglo XX y
que incluían en sus actuaciones, junto a forzudos, malabaristas o
equilibristas, animales adiestrados, como osos o perros. Estos artistas
llegarían a los pueblos, mientras el circo moderno, con su grandilocuencia,
hacía las delicias de los habitantes de la ciudad.
En el siglo XIX, con el
furor por viajar, se puso de moda todo lo exótico, así surgieron espectáculos
de variedad que presentaban rarezas biológicas, personas con cualidades físicas
excepcionales (mujeres barbudas, forzudos, personas con enanismo, acróbatas de
gran elasticidad), pero también extravagancias, animales entrenados para hacer
acrobacias o personas deformes (Ejemplos paradigmáticos son “El hombre elefante”, aquejado de una rara
enfermedad y exhibido en barracas de feria y “La parada de los monstruos”,
película que recrea el caso real de una compañía de circo con personas
consideradas fenómenos de la naturaleza).
En nuestro país, también ha
sido un espectáculo muy popular: El Circo Price, Pinito del Oro (trapecista),
Charlie Rivel (payaso peculiar) o Los payasos de la tele (Gaby, Fofó, Miliki…)
son nombres míticos entre otros muchos.
Actualmente, el circo se ha
renovado y adaptado a los cambios de la sociedad (ya no hay espectáculos con
animales) y predominan las acrobacias, “El Circo del Sol” es su máximo
exponente y el más internacional.
¡¡¡Acérquense, señoras,
señores, niñas y niños y contemplen en nuestra sección de recomendados los libros
con fantásticas historias del circo y una peculiar carpa circense!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario