lunes, 17 de octubre de 2016

Efemérides para octubre: Rubén Darío y Víctor Mora

CENTENARIO DE LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO (1867 – 1916)




¿Cuántas veces nos hemos preguntado: qué tendrá la princesa? De ella sabíamos, entre otros detalles, que estaba triste y  que había perdido la risa y el color. Este año se cumple el centenario de la muerte de su autor y hemos querido recordar su obra (los poemas famosos, también los menos conocidos y algún relato). 

Rubén Darío, nació en Nicaragua en 1867 y, después de ser un espíritu errante por numerosos países, murió en su tierra natal en 1916. Como escritor y diplomático pudo vivir en plenitud dos de sus grandes pasiones: el amor por la cultura hispanoamericana y española (fue corresponsal de diversos periódicos) y la literatura (en sus viajes entró en contacto con escritores a quienes admiraba, en España y en Francia).

Odiado por unos y ensalzado por otros, es innegable que su obra supuso un aire renovador en las letras de su tiempo, siendo el máximo representante, en nuestra lengua, de la corriente denominada Modernismo. Con un lenguaje elegante y sonoro nos acerca la música en  los versos de su poesía y, tanto en la forma como en el contenido, deja ver sus influencias clásicas combinadas con la frescura de las nuevas tendencias. Es una poesía que entra por los sentidos, pero llena de significado.


Aunque Rubén Darío manifestó desde niño su amor por la lectura y ya a los once años componía versos, fue un empleo en la Biblioteca Nacional en Managua, lo que le permitió conocer a los autores que serían determinantes en su obra. Esperamos que, imitando a este gran poeta, os acerquéis a cualquier biblioteca, donde encontraréis libros que os engancharán para seguir leyendo.

VÍCTOR MORA (1931 – 2016)





Este barcelonés, novelista y creador de guiones para cómics (cuando se llamaban tebeos), fue principalmente conocido por los personajes de sus historietas: El Capitán Trueno, El Jabato o El Corsario de Hierro, entre otros. Sus argumentos eran policíacos o de ciencia ficción; otros tenían una base histórica (como los tres mencionados; aunque como decía su autor, los hechos históricos han de ser usados como telón de fondo para la aventura).

Tradujo numerosas series de cómics extranjeros, como Lucky Luke, Asterix, Snoopy, Iznogud… que podéis encontrar en nuestra biblioteca.

A lo largo de su dilatada carrera, fue merecedor de numerosos galardones, como El Gran Premio del Salón del Cómic, en 1998 y la distinción del gobierno francés como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
Los tebeos o cómics han sido durante mucho tiempo y continúan siendo, una forma excelente de iniciarse en la lectura. Su escasa narración, los diálogos que digeríamos en sus “bocadillos” y unas ilustraciones dotadas de gran colorido y movimiento, conseguían transportarnos a cualquier tiempo y lugar, para vivir emocionantes aventuras.

Una curiosidad que seguro conoceréis: la denominación tan española de tebeo para las historietas o cómics, se debe a una revista de este género, llamada “TBO”, que comenzó a publicarse a principios del siglo XX y que a su vez lo tomó de otra revista de teatro aún más antigua.




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