CENTENARIO
DE LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO (1867 – 1916)
¿Cuántas veces nos hemos
preguntado: qué tendrá la princesa? De ella sabíamos, entre otros detalles, que
estaba triste y que había perdido la
risa y el color. Este año se cumple el centenario de la muerte de su autor y
hemos querido recordar su obra (los poemas famosos, también los menos conocidos
y algún relato).
Rubén Darío, nació en
Nicaragua en 1867 y, después de ser un espíritu errante por numerosos países,
murió en su tierra natal en 1916. Como escritor y diplomático pudo vivir en
plenitud dos de sus grandes pasiones: el amor por la cultura hispanoamericana y
española (fue corresponsal de diversos periódicos) y la literatura (en sus
viajes entró en contacto con escritores a quienes admiraba, en España y en
Francia).
Odiado por unos y ensalzado
por otros, es innegable que su obra supuso un aire renovador en las letras de
su tiempo, siendo el máximo representante, en nuestra lengua, de la corriente
denominada Modernismo. Con un lenguaje elegante y sonoro nos acerca la música
en los versos de su poesía y, tanto en
la forma como en el contenido, deja ver sus influencias clásicas combinadas con
la frescura de las nuevas tendencias. Es una poesía que entra por los sentidos,
pero llena de significado.
Aunque Rubén Darío manifestó
desde niño su amor por la lectura y ya a los once años componía versos, fue un
empleo en la Biblioteca Nacional en Managua, lo que le permitió conocer a los
autores que serían determinantes en su obra. Esperamos que, imitando a este
gran poeta, os acerquéis a cualquier biblioteca, donde encontraréis libros que
os engancharán para seguir leyendo.
VÍCTOR
MORA (1931 – 2016)
Este barcelonés, novelista y
creador de guiones para cómics (cuando se llamaban tebeos), fue principalmente
conocido por los personajes de sus historietas: El Capitán Trueno, El Jabato o
El Corsario de Hierro, entre otros. Sus argumentos eran policíacos o de ciencia
ficción; otros tenían una base histórica (como los tres mencionados; aunque
como decía su autor, los hechos históricos han de ser usados como telón de
fondo para la aventura).
Tradujo numerosas series de
cómics extranjeros, como Lucky Luke, Asterix, Snoopy, Iznogud… que podéis
encontrar en nuestra biblioteca.
A lo largo de su dilatada
carrera, fue merecedor de numerosos galardones, como El Gran Premio del Salón
del Cómic, en 1998 y la distinción del gobierno francés como Caballero de la
Orden de las Artes y las Letras.
Los tebeos o cómics han sido
durante mucho tiempo y continúan siendo, una forma excelente de iniciarse en la
lectura. Su escasa narración, los diálogos que digeríamos en sus “bocadillos” y
unas ilustraciones dotadas de gran colorido y movimiento, conseguían
transportarnos a cualquier tiempo y lugar, para vivir emocionantes aventuras.
Una curiosidad que seguro
conoceréis: la denominación tan española de tebeo para las historietas o
cómics, se debe a una revista de este género, llamada “TBO”, que comenzó a
publicarse a principios del siglo XX y que a su vez lo tomó de otra revista de
teatro aún más antigua.
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