miércoles, 3 de abril de 2019

VIOLETA MONREAL



  La ilustradora asturiana Violeta Monreal nació en Oviedo en 1963, se licenció en Bellas Artes  y cuando terminó los estudios le ofrecieron dar clase en su facultad, pero su camino no era la docencia y decidió comenzar la carrera como ilustradora. Viajó a Nueva York, donde colaboró con la O.N.U. en la ilustración de varios proyectos y trabajó además con empresas de diseño para cartas de tarot.

  Ha ilustrado numerosos libros, de alguno de ellos también es autora, como la colección de las aventuras de Pamela Panamá, o la adaptación de cuentos clásicos para la colección “Cuentos de colores”. Desde su estudio no solo crea por encargo para ilustrar cuentos  o libros infantiles de lectura, sino que desarrolla proyectos que ofrece a las editoriales y que están enfocados especialmente al conocimiento. Así la colección “Saber más” que abarca personas destacadas en la pintura, la escritura, la música o los inventos, entre otros temas.

  Sus libros has sido publicados en otros países de Europa o de Iberoamérica, además de en Japón, Corea o Estados Unidos.

 La técnica artística que suele utilizar es semejante al collage pero con características singulares: consiste en rasgar papeles e ir combinando formas y colores. El resultado es tan peculiar que ha quedado como su sello de identidad. También utiliza la línea fina para crear la silueta de esos personajes que luego vestirán los papeles. Sus imágenes son coloristas, alegres y  vitales. A la hora de crear le gustan mucho lo que ella llama “las capas de creación”, es decir  que la imagen tenga diversos niveles de lectura: que sea atractiva a primera vista, pero que también aporte más detalles e información a quien quiera revisarla y así conseguir que no se agote en una única mirada.

  Violeta Monreal, según ella misma expresa, siempre ha tenido una mirada cercana a la infancia, con cuyo mundo se siente muy identificada y por eso escribe y dibuja para este público concreto.

  Además de su labor como autora e ilustradora, imparte talleres y conferencias tanto a escolares como a docentes. En estos encuentros dice: “trato de dotar de herramientas de comprensión y análisis de textos e imágenes a niños y niñas, para que piensen por sí mismos, incluso para que se equivoquen”. También afirma que estas experiencias son enriquecedoras tanto para ella como para quienes asisten: “Yo aporto mi ilusión y mis ideas y ellos me brindan la posibilidad de comprobar lo que les interesa, lo cual agradezco enormemente. En muchas ocasiones, historias que invento durante los encuentros se han convertido en relatos después”. Otro de sus objetivos con estas experiencias es romper barreras mentales para que los niños y niñas sean capaces de crear con libertad y conseguir tener más confianza en su vida diaria.

  En cuanto a los galardones recibidos, fue finalista en el certamen de la CCEI de mejores ilustraciones en 2001, con “Los novios de la ratita presumida”. Estuvo en la Lista de Honor de mejores ilustraciones de la CCEI de 2002 con “Misión en la Tierra”. En 2002 fue premiada en el Salón del Libro por su labor en la Promoción del Libro Infantil y Juvenil. Al año siguiente formó parte de la Lista de Honor en el certamen de la CCEI de mejores ilustraciones con “Oro parece”. En 2011 recibió el premio de ilustración de la CCEI con “16 pintores muy, muy importantes”.

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