El primer domingo de mayo se celebra, en nuestro país y en otros de nuestro entorno, el día de la madre. Al margen del furor consumista que suele rodear a cualquier celebración, es una fecha para reconocer la importante labor que en tantos ámbitos y edades de nuestra vida desempeñan las madres. Así que tanto si estás en edad infantil como si ya eres joven, al igual que has recibido sus cuidados, puedes y debes cuidar de ella. No hablamos solo de darle un paracetamol cuando le duela la cabeza o un jarabe para la tos. Se trata de compartir con ella tiempo de calidad, descanso, diversión, paseos por la naturaleza o lectura. Prueba a leer para ella, a las mamás también les gusta que les lean.
En el espacio que en la sala infantil
dedicamos a las efemérides, vais a poder encontrar libros para todas las
edades, relacionados con las mamás. Ellas han sido las mejores transmisoras de
la cultura oral y nos han iniciado en el mundo mágico de las palabras, primero
con las canciones de cuna, después con retahílas para los juegos, adivinanzas,
trabalenguas, poesías… Más tarde nos ayudaron en el aprendizaje de la lectura y
finalmente nos dejaron volar libremente por los mundos de la imaginación,
mirándonos de reojo, satisfechas por haber entregado el testigo a otra nueva
generación.
Pero la mirada hacia nuestras madres
no ha de ser solo en este papel, sino como mujeres singulares y personas en el
más amplio sentido de la palabra, con sus inquietudes, sueños, alegrías o
tristezas, que precisan ser conocidas, comprendidas y acompañadas en cada
acontecimiento de sus vidas, con la misma generosidad que ellas lo hacen.
Ya sabemos que los papás comparten
también todas estas actividades y funciones, pero… hoy hablamos de las madres.
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