Como cada año desde 2016, la Biblioteca Nacional de España, en
colaboración con la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas,
Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y con la Asociación Clásicas y Modernas,
celebran el Día de las Escritoras con el objetivo de reivindicar el legado de
las mujeres en el ámbito literario.
Este año, el lema elegido por la comisaria de esta X edición,
Anna Caballé, es “1975:
¡Escribid, compañeras!”, preguntándose por lo que se estaba publicando en
ese año, en el que en España se inició un importante cambio político.
En la Biblioteca Pública de Segovia nos sumamos a la iniciativa,
proponiendo la lectura de una autora que no figura entre las autoras de la
lista, ya que su obra está enmarcada en la literatura infantil: Consuelo
Armijo. En 1975 publico “Los batautos”, obra con la que había conseguido el
Premio Lazarillo, y que marcó un antes y un después en la literatura para
niños. Con esta saga de seres disparatados y entrañables, Armijo demostró que
la risa y el absurdo podían ser vehículos poderosos como forma de conocimiento
y de libertad . Años más tarde, con El Pampinoplas, obtuvo el I Premio Barco de
Vapor (1978), consolidando su lugar entre los autores más relevantes del
género.
Consuelo Armijo (1944-2011), junto con autores como Concha López
Narváez, Carmen Kurtz, Juan Farias, Joan Manuel Gisbert, Montserrat del Amo o
Fernando Alonso, aporta una mirada renovada sobre el mundo infantil, más
cercana a la imaginación, la libertad y el juego. La autora defendía la
literatura del nonsense, aquella que, como Alicia en el país de las maravillas
de Lewis Carroll, rompe con las reglas de la lógica y nos invita a cruzar al
otro lado del espejo. Su literatura nos enseña que lo imposible también tiene
cabida en el pensamiento infantil y que, quizás, los adultos deberíamos
aprender de esa flexibilidad y asombro. Con ello, contribuyó a un cambio
profundo: la fantasía dejó de ser un simple entretenimiento para convertirse en
una herramienta educativa y creativa, capaz de estimular el pensamiento crítico
y la imaginación infantil.
Leer hoy a Consuelo Armijo es volver a descubrir el poder del
juego, del disparate y de la fantasía como caminos hacia una mente más abierta.
Sus Batautos siguen invitándonos a reírnos del mundo —y con el mundo—,
recordándonos que la literatura infantil no sólo entretiene, sino que enseña a
pensar con alegría.
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